11 may 2009

La historia de Córdoba

Época romana
Córdoba, Puente Romano y Mezquita-CatedralLos romanos la conquistaron en el 152 adC, la llamaron Corduba y la convirtieron en la capital de la Hispania Ulterior, y posteriormente de la Betica. En época de dominación romana, llegó a poseer más edificios lúdicos que la propia Roma.

Época visigoda
Córdoba, quizá por motivos religiosos (por la fuerte implantación del catolicismo frente al arrianismo), nunca llegó a aceptar el poder visigodo, lo que demostró (y consigió durante algunas épocas) mediante revueltas al poder centralista. Eso provocó el maltrato de la ciudad por parte del poder dominante, favoreciendo a otras como Hispalis.

Época musulmana
En 716 se convierte en capital de Al-Andalus. Bajo el califato Omeya alcanzó su máximo apogeo demográfico (según algunas fuentes, más de 1.000.000 hab.), comercial y cultural. En esta época se terminó la Mezquita de Córdoba y se edificó a sus afueras la lujosa ciudad de Medina Azahara o Madinat-al-Zahra. En el terreno cultural se alcanzó un gran esplendor, contando, durante el califato de Alhaken II con la mayor biblioteca del mundo en esa época.

Época cristiana (Edad Media)
Con los almohades perdió su condición de capital de Al-Andalus. Lo que significó el inicio de su larga decandencia, acentuada cuando en 1236 fue conquistada por los cristianos (Fernando III).

Fue plaza fuerte para la conquista de Granada por parte de los Reyes Católicos que establecieron durante varios años la corte en la ciudad. Siendo en ese tiempo cuando Critobal Colón, conoció a la cordobesa Beatriz Enríquez de Arana, con la que nunca se casó, pero que fue madre de su segundo hijo, Fernando Colón. Cuando El Almirante partió en 1492, envió a Córdoba también a su hijo Diego, para que le esperara junto a su hermano Fernando y su "madre adoptiva" Beatriz.

De está época también sobresale la figura de Gonzalo Fernández de Córdoba el "Gran Capitán".

Siglo XVI hasta la actualidad
Paseo sobre las vías del tren de alta velocidad AVEAl adelantado Don Jerónimo Luis de Cabrera, conquistador de nuevas tierras americanas, también lo inspiraron sus solariegos recuerdos andaluces cuando cumplió con la promesa hecha a su esposa, cordobesa, bautizando con el nombre de "Córdoba de la Nueva Andalucía" a la mediterránea plaza fuerte por él fundada a orillas del rio Suquía con cercanas serranías en 1573, hoy segunda ciudad del país y prestigiosa sede universitaria y cultural de Argentina.

En esta época y debido a diversas epidemias, sequías, y malos gobernantes en la ciudad, Córdoba perdió gran parte de su mentalidad luchadora y abierta, lo que fue caldo de cultivo para el derrotismo, a veces llamado erroneamente senequismo, que aún aflora en nuestros días. Esta decadencia terminó a principios del siglo XX con la recuperación demográfica, aunque no fue correspondida por una verdadera recuperación económica. Tendencia que no cambió hasta mediado el siglo con la aparición de movimientos culturales importantes que han ido abriendo, poco a poco, la forma de pensar de la población.

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